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Puede que sea una de las preguntas más habituales en un negocio. Cuando se afronta la instalación de un robot, ¿Qué preparativos deberían tomarse en la empresa? Pues lejos de necesitar de múltiples adaptaciones o complejos cambios, la preparación se centra más en conocer a fondo los aspectos a digitalizar.

 

Antes de empezar

La clave a la hora hablar de la instalación de un robot pasa, necesariamente, por un hecho capital. Es necesario que los usuarios que realizan los procesos de manera manual los conozcan a fondo para poder trasladar los requerimientos de manera precisa.

Esto es importante ya que las personas encargadas de desarrollar el robot no tendrán el conocimiento de la forma en la que la empresa realiza sus procesos. Por ello, serán necesarias una o varias reuniones entre los usuarios y los desarrolladores. De esta forma, todos los aspectos quedarán entendidos, registrados y añadidos a la descripción del proceso que deberá hacer el robot.

Resulta vital que se conozcan y transmitan las excepciones o situaciones particulares que puedan generar problemas, los casos especiales y, en definitiva, todo aquello que pueda alterar el normal desarrollo del proceso. De esta forma todo quedará recogido en la documentación y será más sencillo lograr los resultados esperados.

Instalación de un robot

La instalación de un robot requiere de un análisis previo. | Foto: Fauxels.

La instalación de un robot no requiere back-end

Otra de las dudas más habituales es pensar que integrar un robot requerirá de cambios sustanciales en las soluciones informáticas adoptadas en la empresa. O que el robot necesitará acceder a partes internas de los programas. Nada más lejos de la realidad.

Lo cierto es que una de las ventajas de los robots software radica en que su funcionamiento se asemeja a lo que un humano haría con el sistema. Es decir, que un robot simplemente utilizará las mismas pantallas, interfaces y recursos que habría usado una persona en su lugar.

Las ventajas de esta forma de trabajo resultan evidentes. Por un lado tenemos la comodidad de no tener que alterar la forma de trabajo de la empresa en modo alguno. Un robot será como un empleado más a efectos de uso de los sistemas. Por otro, el trasladar directamente el modo de trabajo de la persona al robot hace que los flujos de trabajo permanezcan prácticamente inalterados tras la instalación de un robot.

 

La fiabilidad de un experto a tiempo completo

Sabiendo ya pues que la instalación de un robot no altera el funcionamiento ni de los flujos de trabajo ni de los sistemas de la empresa, queda conocer las ventajas de su implantación.

La más relevante, sin duda, es la liberación a los trabajadores de la parte más tediosa del trabajo. Ya que los robots se suelen utilizar para automatizar labores repetitivas, de pasos definidos y excepciones muy concretas, el tiempo ganado por los empleados puede ser dedicado a tareas más productivas.

A eso hay que sumar una disponibilidad total por parte del robot. Esto significa que su funcionamiento se podría prolongar a lo largo de toda la jornada. O de todo el día. Y todos los días de todo el año. Dependiendo del volumen y la carga de trabajo de los procesos digitalizados, esta disponibilidad puede resultar vital para ganar un mayor rendimiento.

Y todo ello contando con que los preparativos necesarios para la instalación de un robot, como hemos visto, no suponen cambios profundos ni requieren de complicaciones innecesarias. Una solución que es posible adoptar sin ninguna problemática y que garantiza una mejora palpable en cualquier compañía.