Karmele Acedo es CEO de Grupo Servicios Sociales Integrados, un grupo cooperativo que trabaja en el ámbito de la atención a las personas mayores, especialmente aquellas que viven en el ámbito de su domicilio. Desde hace 14 años trabajan en explorar qué posibilidades puede generar la I+D+i en este campo.
¿Las personas mayores tienen un acceso o un conocimiento real de la tecnología disponible?
Desde hace 12 años formamos parte de la Red Básica de Ciencia, Tecnología e Innovación. En toda esta década extensa hemos trabajado con muchos proyectos que tenían base tecnológica. Creemos que la tecnología tiene mucho que ver con el cuidado, con facilitar que las personas estén en el domicilio, pero hay unas claves que se tienen que resolver.
Pasa el tiempo y vemos que las personas mayores no se acercan a la tecnología, no son autónomas en su manejo. En los últimos tres años hemos estado trabajando en un proyecto, también de I+D+i, en este caso para el Departamento de Empleo del Gobierno Vasco, y hemos trabajado en el diseño de una figura que hemos llamado Tecnóloga Social.
Esta Tecnóloga Social tiene como misión principal apoyar a las personas mayores en el uso de la tecnología, porque no es fácil el manejo, a pesar de que estamos diciendo que las personas mayores se están jubilando con el uso de la tecnología, la tecnología va por encima de las competencias que hayamos podido adquirir.
Entonces nos parece fundamental pensar en figuras que acompañen en estas transiciones, que nosotros decimos que no son fáciles, y sobre todo en incorporar competencias a las figuras que ya estamos trabajando en la intervención social.
Nuestra apuesta está desde esa Tecnóloga Social, pero también estamos trabajando en una formación de capacitación de competencias tecnológicas, en el ámbito de los servicios sociales. Las personas que ya estamos y que tenemos competencias en el trabajo con personas mayores, creemos que podemos poner una capa de digitalización para trabajar con las personas mayores.
SSI es una organización caracterizada por la innovación, con un workshop donde testáis y validáis tecnología. ¿La tecnología va a ser un factor clave para dar servicio a los mayores en su domicilio?
Ya la tecnología tiene muchas soluciones, lo que tenemos que ver es cómo la incorporamos, sobre todo al entorno doméstico. Pero yo creo que ha habido grandes avances, sobre todo en la domótica que está empezando a llegar. Y el cuidado apoyado en tecnología es una realidad.
En el sector de la economía plateada, ¿Qué más hace falta para dar un servicio de calidad a nuestros mayores?
Este mundo, el de los cuidados, está muy afectado por la intervención pública. ¿Qué espacio tiene el emprendedor, las startups? Ahí hay un diálogo interesante, pero también hay que acompañar la entrada de la tecnología de un cambio cultural, es decir, de poner el gasto en nuestro cuidado, el cuidado de las personas mayores, de nuestra propia familia.
Existe un pensamiento de que el cuidado es público y que es la administración la que lo tiene que solventar. Yo creo esto que está dificultando la entrada de un emprendimiento sólido con base tecnológica. Creo que hay un debate: ¿quién paga esto? Y todavía, culturalmente, estamos muy habituados a pensar que el cuidado, de una forma extensa, nos lo tiene que proporcionar la administración, y esto sabemos que es insostenible.
Yo creo que ahí hay, ahora mismo, ese pulso de saber cuál es el papel que van a tener las startups en todo el desarrollo del cuidado.
Reconocimientos, premios, empresas… ¿De qué os sentís más orgullosos en Grupo SSI?
Nuestra misión como entidad de iniciativa pública que somos, de iniciativa social y de utilidad pública, está en contribuir a la mejora de las personas mayores o personas en situación de vulnerabilidad. Yo creo que en casi 40 años, que cumpliremos en breve, hemos buscado soluciones que permiten mejorar la calidad de vida de las personas.
Somos conscientes de que las transformaciones, y sobre todo las sociales, son lentas, pero creo que en estos años hemos sido un actor importante que ha colaborado sobre todo con la administración, que es nuestro cliente principal, a evolucionar los cuidados. Creo que hemos puesto un grano de arena y hemos contribuido a contribuciones aisladas. También están ahí ayuntamientos que nos arropan, que nos contratan y que nos permiten que toda esta innovación la probemos, la mejoremos, hasta llegar a cosas que sean implementadas.
Muchas veces hablamos de que la I+D+i es una caja negra donde se producen cosas que nunca llegan a ningún lado. He de decir que nuestra experiencia no es esa exclusivamente. Es decir, sí que hay cosas que no tienen madurez para que salten, porque toda esa lógica de negocio no está bien armada, pero hay cosas que son ya una realidad. Forman parte de la cartera pública de los servicios sociales, por ejemplo, de Bilbao. Hay proyectos que entraron desde la I+D+i, hoy están en la cartera del Ayuntamiento de Bilbao y de otros ayuntamientos. Entonces, yo creo que hemos ayudado, contribuido, a que todo ese ecosistema de cuidados avance. Y yo creo que está avanzando mucho.
¿Qué proyecto o acción de futuro tenéis en mente?
Cuidados con base tecnológica hasta ahí, desde luego, pero también estamos trabajando con nuevos perfiles, nuevos roles en el ámbito de los cuidados. Y ahora estamos trabajando en la salud, en clave de la prevención de la salud musculoesquelética. Somos un sector donde las personas se lesionan porque trabajamos con el cuerpo.
Está pasando lo que pasa con otras profesiones, donde el cuidado se presta con nuestros propios cuerpos. Incorporamos una figura de promotor de la salud musculoesquelética. Hay un acuerdo con la Universidad del País Vasco.
En todo este ámbito de la salud, trabajamos también en clave de prehabilitación, es decir, de anticiparnos a esas lesiones que pueden ocurrir. Yo creo que es un campo por explorar en un entorno como es el domiciliario. O sea, no estamos trabajando en una estructura, en una residencia, donde es más fácil controlar las intervenciones, lo que están haciendo las trabajadoras.
Es un reto donde ya hay un resultado, es decir, tener a la universidad por detrás, que para nosotras es fundamental lo que hacemos, nos ayuda a medir impactos. Y bueno, yo creo que ahí tenemos mucho que hacer. Y ahí también la tecnología tiene mucho que decir.
Los exoesqueletos, que están todavía en esos formatos quizás que no saltan al mercado, yo creo que van a tener mucho que ver con nuestro propio autocuidado, el de las personas trabajadoras. Es decir, el absentismo laboral que tenemos, que es muy similar al que puede tener el ámbito de la salud, yo creo que es un reto con mayúsculas. Y cuando hablo de personas cuidadoras, hablo de las profesionales, pero también hablo de las familias.